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Tendencias de cambio

Avanzar implica abandonar el centro fijo, inmóvil, decidido… para moverse en la frontera y en la ambigüedad creadora. Es en esos terrenos fronterizos, en la falta de definición que tanto asusta a la mayoría, donde mejor se intuye la posibilidad de transformaciones disruptivas a las que repetidamente invocamos en aras de la innovación. Son espacios intermedios donde todo es posible, donde lo proscrito tiene voz y lo obsoleto disputa destino a los cegadores brillos de la novedad.

La posibilidad de transformaciones disruptivas vienen de combinar talentos y habilidades haciendo red. No “evitando problemas” sino “creándolos”, porque eso es lo que ocurre cuando se cuestionan los límites para que la posibilidad vaya tomando forma. Y la experiencia de ese aprendizaje es lo que enriquece y permite avanzar.

Ironías y moderneces sobre des-igualdad

Miopía y freno a la innovación

¿Por qué hay tan pocas mujeres en Silicon Valley?

Susan Wojcicki creció acostumbrada a la idea de ser “la única mujer de la reunión”. Hoy, sin embargo, acepta cada vez peor esa situación de “club solo para hombres” de Silicon Valley, el centro neurológico de las grandes empresas tecnológicas. Y dice que la innovación se está estancando porque los visionarios tecnológicos solo se están preocupando de problemas que conciernen a hombres blancos y ricos. “Nuestros productos están obviando otros puntos de vista. Si esta tendencia sigue, perderemos la oportunidad de que las mujeres den forma al mundo que las rodea”, añade.

Algunas poderosas ejecutivas como Sheryl Sandberg, directora de operaciones de Facebook, o Marissa Mayer, consejera delegada de Yahoo, aparecen en los titulares, pero son una excepción. Silicon Valley es una meritocracia, pero los datos dicen que este exuberante rincón de California sigue siendo, en realidad, un mundo de hombres.

En San Francisco, los profesionales solteros superan de tal manera a las mujeres que una web de citas puso en marcha un plan para “importar” chicas desde Nueva York. De hecho, el sexismo ha arruinado algunos productos: los primeros sistemas de reconocimiento de voz no eran capaces de entender las voces femeninas. Los ingenieros eran casi todos hombres y se habían olvidado de incluir a mujeres en sus test de control.


Silicon Valley, tierra hostil para las mujeres

Cuatro semanas de juicio y toda la industria tecnológica en vilo. Ellen Pao ha perdido la batalla en los tribunales, pero no en la calle, donde se celebra que tuviese el valor de enfrentarse al fondo de inversión más poderoso de Silicon Valley. Kleiner Perkins Caufield and Byers es, con Sequoia, el segundo más importante de California, los pioneros de Sandhill Road, el Wall Street de la costa del Pacífico. Su caso no es único.

(…) Las denuncias son cíclicas. Antes del verano, Evan Spiegel, el último chico de oro, el inventor de Snapchat, se convirtió en misógino con carácter retroactivo al salir a la luz correos de su época en Stanford en los que hacía gala de emborrachar mujeres en las fiestas de la fraternidad.

(…) El caso más sangrante, con insultos como “puta” o “gold digger” -algo así como “buscona”- se dio en Tinder. El cofundador Justin Mateen, le escribía estas lindezas a Whitney Wolfe, por pretender aparecer en los créditos de la aplicación, pues también era fundadora. Desde el primer momento fue la responsable de márketing. Ella sostiene que, para conseguirlo, tuvo que aguantar una solicitud para acostarse con él. Mateen y su socio Sean Rad defendieron su postura con un argumento todavía peor: consideran que contar con una mujer entre los pioneros espanta a los inversores.

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Contradicciones en las tecnológicas

La asignatura pendiente de Silicon Valley

Google acaba de anunciar un plan dotado de 50 millones de dólares para mujeres que quieran estudiar programación. Facebook ofrece becas de verano, ocho semanas para aprender a hacer aplicaciones para iPhone y paga cada curso escolar los estudios a 20 o 30 chicas, según la evaluación de las candidatas, siempre que se matriculen en una carrera técnica.

La relación resulta bastante contradictoria. Por un lado, se promueve la inclusión de la mujer. Por otro, aparta la vista cada vez que sale a la luz este desequilibrio. Ninguna empresa que cuenta con un código de conducta compartido entre hombres y mujeres, sino que se las incluye dentro del capítulo de minorías, junto a los grupos de gays, lesbianas, latinos o afroamericanos de las empresas, sin caer en la cuenta de que más allá de Silicon Valley, representan más del 50% de la humanidad.

¿Traición del subconsciente?

Lo que cuentan las imágenes

Una mujer joven, sola en el punto de mira, en actitud rígida, con maletín muy al clásico estilo ejecutivo de hace al menos un par de décadas pero, eso sí, con falda y taconazos.

Teniendo en cuenta de donde viene, resulta chocante la imagen elegida para este anuncio. Si pretende ser irónica no es buen ejemplo del dominio en “la comunicación”, que es la primera de las competencias que enumera. Y también entran dudas respecto a las “habilidades sociales y cívicas”.

Como mínimo hay que pensar que falta naturalidad y dominio del lenguaje visual, pero sigue quedando la duda de si es una traición del subconsciente o simple chapuza.



Sentarse al lado de la mesa o en la negociación

El éxito, la simpatía y los sesgos

Llegué por casualidad al Ted de Sheryl Sandberg, Directora de Operaciones en Facebook, y pensé lo inevitable: de nuevo mujeres hablando de mujeres. Creo que me puse a escucharlo mas por solidaridad que por curiosidad pero, claro, las rendijas siempre aparecen y en el relato de Sheryl me llamaron la atención algunas cuestiones. Sentarse al lado de la mesa o en la negociación

Parte de la tesis de que nadie consigue un ascenso si no piensa que se merece el éxito… o si al menos no reconoce su propio éxito. Parece que hombres y mujeres nos equivocamos al autoevaluarnos pero en sentido contrario:

  • los hombres se equivocan sobreestimando y las mujeres subestimando
  • los hombres atribuyen el éxito a sí mismos (“soy genial”), y las mujeres lo atribuyen a factores externos (“alguien me ayudó”, “tuve suerte”, “trabajé realmente mucho”)

Empezando con las dudas: sobre/sub estimar… ¿con respecto a qué? ¿al orden establecido? ¿a las reglas de juego imperantes? Maquillar metodologías sobre las mismas viejas estructuras no sirve, si seguimos midiendo con respecto a lo que funciona mal, ¿que es lo que va a cambiar?

“Y esta verdad permanecerá como tal hasta que, utilizando el mismo método, sea sustituida por otra nueva”

Las “diferencias” de correlación con el éxito y la simpatía

Parece ser que estas dos cualidades son positivas en los hombres y negativas en las mujeres. Para ello toma el ejemplo del experimento realizado partiendo del estudio de la Escuela de Negocios de Harvard sobre Heidi Roizen: una emprendedora de una empresa de Silicon Valley que usa sus contactos para convertirse en una inversora de capital riesgo exitosa.

En 2002 un profesor de la Universidad de Columbia toma el caso de Heidi Roizen para comparar resultados entre dos grupos de estudiantes modificando una sola palabra: cambia el nombre de Heidi por Howard. Luego encuesta a los estudiantes y tanto los hombres como las mujeres pensaban que Heidi y Howard eran igualmente competentes, y a todo el mundo le gustaba Howard pero Heidi…

  • El es “un gran tipo, uno quiere trabajar con él y pasar el día pescando con él”.
  • Sobre Heidi había dudas porque “es egocéntrica y tiene un sesgo político. Uno no puede estar seguro de trabajar con ella”.

Más cuestiones de fondo: De entrada podría ser más revelador analizar el sesgo de las preguntas que las propias respuestas porque convendría saber con qué excusa se introduce en un análisis de escuela de negocios el asunto de irse de pesca con alguien cuyo éxito profesional/empresarial se está analizando.

  • ¿Tanto han cambiado los enfoques de casos de las escuelas de negocios y yo sin enterarme?
  • ¿De verdad se tiene en cuenta el estilo y calidad de vida en los entornos de aprendizaje teórico de modelos de negocio?
  • ¿Tan asimilado está el que la vida personal se diluye en la de la empresa como para tener que asimilarse al ocio de quienes mandan?
  • ¿Es tal vez la manera de que el alumnado se sitúe mentalmente en las élites de poder para seguir alimentando el manido sueño americano?
  • ¿Que significa simpatía?
  • ¿Qué significa éxito?
  • ¿No se supone que hay que aprender a trabajar en equipo?

Es lo de siempre: se muestra lo que interesa, se amplifica, y a la potencia del canal se unen los poderes estadísticos. El poder se maneja bien en los silencios, mejor que hablen los pececillos.



Más ejemplos y referencias

¿Cuando empezó el proceso a no adaptarse?

http://enpalabras.tumblr.com/post/34749855237/filosofando-a-pie-de-calle-a-traves-de-gregorioLas buenas intenciones deben encajar con la definición de objetivos para que el buen hacer culmine en éxito. La experiencia nos suele llevar a saber un poco de muchas cosas, una suma de “pocos” imprescindible para que el cóctel funcione y evolucione, pero también una tentación dispersadora que puede hacer perder el rumbo.

Suele suceder que cuanto más aprendes más te entusiasmas con las posibilidades por lo que la inteligencia está en ser consciente de tus puntos fuertes para entrelazar esfuerzos hacia el éxito. Aún reconociendo la probada dificultad para desaprender, es la falta de visión ilusionante lo que justifica el estancamiento y la parálisis.


De la intuición informada a la razonada

Lo que buscamos son respuestas para las inquietudes que estamos viendo y oyendo y la conclusión apunta al desconocimiento, que provoca el vano intento de intentar mirar al final del proceso porque no comprendemos cómo ha de ser el inicio.

Cegados por la aparente cercanía de los brillos tecnológicos, la dificultad del proceso de in-formación apunta, cada vez más, a la rigidez (o la falta de disciplina, que también) con la que pretendemos someter la construcción del conocimiento. Nada nuevo pero sí cada vez más complejo: cuestionar los supuestos. Es decir, cambiar las preguntas o, incluso, dejar de hacerlas.

El proceso de in-formación puede llegar a ser caótico porque implica búsqueda. El orden viene después, cuando las palabras grandes y los herméticos discursos de la perfección teórica dan paso a los hechos de los que debemos aprender y a la evaluación social. Pero para no perdernos en ese caos de relaciones entre personas, dominios y contextos, hay mucho que escuchar y que conversar.


Reflexiones de referencia

tendencias_de_cambio.txt · Última modificación: 2019/10/01 20:03 por isabel

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