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Provocando conversaciones
Todo es tan rápido que lo importante no arraiga. No sé dónde queda el tiempo de la tranquilidad para la reflexión, la tranquilidad de la convivencia con independencia de las diferencias y la diversidad. Javier Tamarit
Conversar es una necesidad… y un arte. Debería ser una práctica habitual en los sistemas de enseñanza porque se aprende haciendo, pero conversar implica saber escuchar.
Lo difícil, muchas veces, es mantener la mente lo suficientemente abierta como para dejar que los datos nos susurren al oído y la cabeza fría para no dejarnos llevar por la emoción del momento.
Agustín González y Goio Borge
Residuo… desecho… ¡Es un activo! ¿Va a estar la administración a la altura?
Agustín González y Goio Borge, ambos empresarios relacionados con el sector de reciclaje y medioambiente, pero con suficientes diferencias en su trayectoria y perspectiva para permitir que asome la disrupción.
Bajo las etiquetas de sensibilización y difusión de la cuestión medioambienal, proliferan todo tipo de eventos en los que se re-mezclan sin criterio, ni pudor, lo educacional y los consejos verdes con las restricciones normativas y las oportunidades de negocio. Y detrás de casi todas, los mandatos de la UE y el entramado burocrático administrativo que en nuestro país se ramifica en diferentes niveles. Una locura.
La sombra de la administración es muy alargada y su (falta de) visión planea durante toda la conversación enriqueciéndose con las diferentes perspectivas de los contertulios.
Iago González y Javier Tamarit
La ciudadanía es muy reciente y de hecho somos todos muy vasallos, muy inexpertos, ciudadanos en ciernes…
El tiempo para una charla tranquila no lo dan las tecnologías por sí mismas, lo pueden potenciar pero si nos quedamos en eso suena a compulsión: “Hojas que antes de llegar al suelo se las lleva el viento”.
Ateniéndonos a lo que Javier Tamarit y Iago González representan en sus respectivos ámbitos profesionales, la calidad de vida y el cine, parecen encontrar puntos en común para repensar el punto de partida, para avanzar en ese impreciso ámbito de los derechos humanos.
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“Reivindicar las historias de tranquilidad entre gente distinta”
Juan Granados y Iago González
Ese camiño de integración pola naturalidade, pola liberdade de acción, a min paréceme que é un xeito extraordinario de facer que, talvez no futuro, se este tipo de experiencias se puidese facer a pequena escala nos centros educativos de Galicia e os mestres se puidesen implicar neste tipo de cuestións, o camiño da integración sería moito máis doado
La grandeza del Proyecto Máscaras es que crece con cada mirada y con la reflexión que va generando en el tiempo. Que no se puede encorsetar porque su riqueza está en la naturalidad en la que se van tejiendo las historias en torno a las conversaciones, como ocurrió en la película. Por eso el interés educativo desde el entorno institucional también merecía ese tiempo de tranquilidad que comentaba Javier Tamarit.
Juan Granados ya lo advirtió en el Pase Especial del 8 de junio tras quedar enamorado de los valores humanos y los valores educativos: “Desde luego estoy intentando convencerlos para que me proporcionen material para poderlo difundir en la revista de la Consellería de Educación e Cultura, para eso estamos aquí precisamente”.
Cine e educación: "O camiño da integración pola naturalidade"